28 de Enero del 2012
Una noche de metal nunca se puede dejar pasar por alto. Y más si es en Vallecas. Y más si es en una nave de un polígono industrial rodeado de edificios siniestros y coches siniestrados. El marco estaba más que preparado.
La sala Audio Rock acogía la presentación del disco Nagasaki, de la banda de metal que tiene el mismo nombre (no confundir con el grupo japonés de metal de verdad). Junto con ellos, Black Rock hizo de artista invitado, aunque para mí se convirtieron en la auténtica dinamita de la noche.
La sala Audio Rock acogía la presentación del disco Nagasaki, de la banda de metal que tiene el mismo nombre (no confundir con el grupo japonés de metal de verdad). Junto con ellos, Black Rock hizo de artista invitado, aunque para mí se convirtieron en la auténtica dinamita de la noche.
Tras un pequeño problema de logística interna, el concierto empezó puntual a las 22 horas, recién entrados al local. Un primer vistazo al escenario y a la sala dejaba claro dos cosas: la primera era que Black Rock, con un guitarra desvocado y una cantante explosiva, iban a dar que hablar. La segunda era que el poco público presente esperaba más a Nagasaki, pues la distancia entre el escenario y el respetable era importante. Aun así, cerveza en mano, nos acercamos lo posible para saltar y empaparnos del heavy ochentero que puso Black Rock encima de la mesa.
Con una puesta en escena subidita de watios, como era de esperar, y con un componente menos (el teclista hizo mutis por el foro y su sonido se tuvo que "reemplazar" por una grabación), durante cerca de una hora se vio un espectáculo divertido, ameno, potente. Digno de un concierto de heavy, el bolo motivó al personal, que aunque le costó entrar en calor, al final no le quedó más remedio que dejarse llevar por el metal. Sirva como ejemplo el vídeoclip de En mi cama, donde se queda claro que las sorpresas que te encuentras al día siguiente de una borrachera no es sólo cosa de hombres...En su Myspace, cuando se cambie el link (actualmente debe estar dirigido a Megaupload), podréis descargaros gratuitamente el primer disco de la banda.
Con una puesta en escena subidita de watios, como era de esperar, y con un componente menos (el teclista hizo mutis por el foro y su sonido se tuvo que "reemplazar" por una grabación), durante cerca de una hora se vio un espectáculo divertido, ameno, potente. Digno de un concierto de heavy, el bolo motivó al personal, que aunque le costó entrar en calor, al final no le quedó más remedio que dejarse llevar por el metal. Sirva como ejemplo el vídeoclip de En mi cama, donde se queda claro que las sorpresas que te encuentras al día siguiente de una borrachera no es sólo cosa de hombres...En su Myspace, cuando se cambie el link (actualmente debe estar dirigido a Megaupload), podréis descargaros gratuitamente el primer disco de la banda.
Tras una media hora de descanso y buena música de fondo, apareció Nagasaki en escena. A priori, la propuesta parecía prometedora: dos teclistas, bajista, guitarrista, batería con kimono y cantante melódico. Y cuando digo "parecía prometedora" quiero decir "decepcionó". Más allá de las letras, que me parecieron bastante ñoñas para un grupo de metal (pasamos del "¿Qué haces en mi cama?" de Black Rock a "si estiro la mano sé que te puedo tocar" del Sin Rumbo de Nagasaki), la voz del cantante no daba la motivación necesaria en una banda de metal, la esencia, esa mala leche y descarga de adrenalina.
Además, hubo un break donde se tocaron en semi-acústico dos baladas que acabaron por romper el ritmo del concierto. Y luego no hubo manera de levantar aquello. Destacar que la canción instrumental que se marcaron dejó evidencias de que los músicos son buenos, sin duda. Pero a mi entender, aún les falta dar con la tecla adecuada.
Noche del sábado en uno de los barrios con más tradición de tugurios, música entre cualquier pared y músicos y grupos madrileños de todos los palos (desde Ismael Serrano hasta Ska-P). Anochecer que empezó con gran fuerza pero que poco a poco se fue disipando en la sala Audio Rock.
Mejor al revés.
Además, hubo un break donde se tocaron en semi-acústico dos baladas que acabaron por romper el ritmo del concierto. Y luego no hubo manera de levantar aquello. Destacar que la canción instrumental que se marcaron dejó evidencias de que los músicos son buenos, sin duda. Pero a mi entender, aún les falta dar con la tecla adecuada.
Noche del sábado en uno de los barrios con más tradición de tugurios, música entre cualquier pared y músicos y grupos madrileños de todos los palos (desde Ismael Serrano hasta Ska-P). Anochecer que empezó con gran fuerza pero que poco a poco se fue disipando en la sala Audio Rock.
Mejor al revés.
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