29 enero 2012

Black Rock y Nagasaki en Audio Rock

28 de Enero del 2012

Una noche de metal nunca se puede dejar pasar por alto. Y más si es en Vallecas. Y más si es en una nave de un polígono industrial rodeado de edificios siniestros y coches siniestrados. El marco estaba más que preparado.

La sala Audio Rock acogía la presentación del disco Nagasaki, de la banda de metal que tiene el mismo nombre (no confundir con el grupo japonés de metal de verdad). Junto con ellos, Black Rock hizo de artista invitado, aunque para mí se convirtieron en la auténtica dinamita de la noche.

Tras un pequeño problema de logística interna, el concierto empezó puntual a las 22 horas, recién entrados al local. Un primer vistazo al escenario y a la sala dejaba claro dos cosas: la primera era que Black Rock, con un guitarra desvocado y una cantante explosiva, iban a dar que hablar. La segunda era que el poco público presente esperaba más a Nagasaki, pues la distancia entre el escenario y el respetable era importante. Aun así, cerveza en mano, nos acercamos lo posible para saltar y empaparnos del heavy ochentero que puso Black Rock encima de la mesa.

Con una puesta en escena subidita de watios, como era de esperar, y con un componente menos (el teclista hizo mutis por el foro y su sonido se tuvo que "reemplazar" por una grabación), durante cerca de una hora se vio un espectáculo divertido, ameno, potente. Digno de un concierto de heavy, el bolo motivó al personal, que aunque le costó entrar en calor, al final no le quedó más remedio que dejarse llevar por el metal. Sirva como ejemplo el vídeoclip de En mi cama, donde se queda claro que las sorpresas que te encuentras al día siguiente de una borrachera no es sólo cosa de hombres...En su Myspace, cuando se cambie el link (actualmente debe estar dirigido a Megaupload), podréis descargaros gratuitamente el primer disco de la banda.



Tras una media hora de descanso y buena música de fondo, apareció Nagasaki en escena. A priori, la propuesta parecía prometedora: dos teclistas, bajista, guitarrista, batería con kimono y cantante melódico. Y cuando digo "parecía prometedora" quiero decir "decepcionó". Más allá de las letras, que me parecieron bastante ñoñas para un grupo de metal (pasamos del "¿Qué haces en mi cama?" de Black Rock a "si estiro la mano sé que te puedo tocar" del Sin Rumbo de Nagasaki), la voz del cantante no daba la motivación necesaria en una banda de metal, la esencia, esa mala leche y descarga de adrenalina.

Además, hubo un break donde se tocaron en semi-acústico dos baladas que acabaron por romper el ritmo del concierto. Y luego no hubo manera de levantar aquello. Destacar que la canción instrumental que se marcaron dejó evidencias de que los músicos son buenos, sin duda. Pero a mi entender, aún les falta dar con la tecla adecuada.

Noche del sábado en uno de los barrios con más tradición de tugurios, música entre cualquier pared y músicos y grupos madrileños de todos los palos (desde Ismael Serrano hasta Ska-P). Anochecer que empezó con gran fuerza pero que poco a poco se fue disipando en la sala Audio Rock.

Mejor al revés.

21 enero 2012

Los Corizonas en la Joy Slava

20 de Enero del 2012

Este país está de enhorabuena. El momento musical por el que atravesamos es bueno, después de unos años en los que parecía que estábamos condenados a seguir escuchando a los clásicos de siempre para limpiarnos los oídos por lo que nos llegaba a través de la radio y televisión patria. Puag. Pero ya no. Eso se acabó. Hoy día grupos como Corizonas, situados en la cabeza de la popularidad tras la unión de Arizona Baby y Los Coronas, se escuchan por doquier y son capaces de abarrotar la sala Joy Slava en su primer concierto en Madrid. Esto es otra cosa.

Una propuesta interesantísima. Mezcla del más puro country rock and roll y el surf americano instrumental de los años 70 en la USA que enamoró, esa marcada por hippies, sueños, ilusiones. Y el resultado no puede ser más alentador. Música que engancha desde la primera escucha, y que sin darte cuenta te lleva a mover pies, manos, cuerpo y liberar tu mente.

Con bastante puntualidad empezó el concierto y todo fue como cabía esperar. Los temas de The News Today, el primer album de Corizonas tras la gira que provocó su unión, es genial. Ritmos que combinan perfectamente el rock y el surf. Las películas de vaqueros con las olas del mar. Letras que estimulan y que hablan de limpieza de pecados. De despertar. De sentir que se está vivo. De querer seguir creyendo. Y todo ello acompañado por una banda que, pese a partir de épocas y estilos diferentes, se han compenetrado a las mil maravillas para hacer algo que les gusta. Que nos gusta. Y eso se nota.

Enlace

Una acústica muy buena, como suele ser habitual en la Joy, ayudó a que Run to the River, Thieves and Liars o The Falcon Sleeps Tonight retumbaran en toda la sala como un ciclón, que junto con los cánticos del personal allí presente, convirtió el concierto en una auténtica fiesta. Además de la música, el concierto estuvo acompañado en todo momento de vídeos al fondo del escenario que, por si fuera poco, aumentaba esa sensación de viaje en el tiempo y en el espacio, a un lugar donde nada importaba excepto la humanidad.

Es cierto que el sonido de Corizonas tiene un problema: y es que ese mitad hombre mitad bestia llamada Señor Marrón que toca la guitarra sentado como si la vida le fuera en ello y que es buenísimo se luce menos que en Arizona Baby, donde sin batería ni tanta guitarra eléctrica, quedaba un sonido mucho más limpio, que los puristas encontrarían más agradable. Sin embargo, pese a esto, el resultado no podría ser mejor.

Tras una más que merecida mención a la labor de Radio 3 por los grupos emergentes, y una versión de Wish You Were Here genial, una bajadita al infierno con Nothing is sacred y dejar claro que I am (What I am), se dejó paso a una gran rueda de luces en el fondo y todo se transformó en una alianza Corizonas con el público que fue la manera perfecta de empezar el fin de semana.

Nos gustan las aventuras. Y esta unión parece una grande, en los tiempos que corren. Una en la que se desafía lo convencional y donde el público ha respondido. Mucha suerte en el viaje y que el sueño no desvanezca. Por el bien de todos.

19 enero 2012

The Gift en el Teatro Lara

18 de Enero del 2012

Sí. Para qué nos vamos a engañar. Tengo debilidad por The Gift, y especialmente por Sonia Tavares. Quizá por esas composiciones tan curradas que desde Vinyl he acompañado. O porque se convirtió en uno de esos grupos que abrió las fronteras portuguesas a mis listas de grupos de música. O simplemente porque son un grupazo, que hacen algo diferente y que engancha.

Tras sacar hace menos de un mes su sexto trabajo, Primavera, y después del exitazo de Explode, el grupo se va a marcar una gira de dos meses por toda la península presentando este álbum operístico donde un tema enlaza con otro y todo en sí forma una narración de una primavera cualquiera. Con ello, y como suele ser habitual en las actuaciones de The Gift, el teatro se convierte en el escenario perfecto. Tras esos dos meses, Sonia, embarazada a más no poder, se tomará un respiro, por lo que esta gira suena a algo así como drogarse antes de una larga etapa fuera del stage.

El Lara quizá no tiene el encanto de otros teatros madrileños. Algo descuidado, especialmente el anfiteatro, donde los asientos parecían tablones recién cortados y la iluminación era pésima para acceder a la localidad; sin embargo el escenario y la platea quedaron geniales. Lleno de instrumentos, a cual más peculiar, distribuidos aleatoriamente, sin orden establecido, y aunque con algunos problemas de sonido, con buena acústica.

El concierto-ópera-obra se compuso de dos partes. La primera de ellas integrada exclusivamente por temas de Primavera. Donde el sentimiento, la voz grave y profunda de Sonia y el piano de Nuno acabaron por crear un ambiente nostálgico y calmado con La Terraza, Meaning of life o con el tema principal del disco, Primavera. Una atmósfera delicada, tranquila. Sólo interrumpida por los comentarios de Sonia y Nuno, este útlimo especialmente hablador en el concierto para lo que suele ser normal en él. Destacar especialmente Blindness, con toques de lo que fue The Gift en los primeros discos. Voces de fondo, electrónica suave de base. Especial.



La segunda parte, explosión. De color. De ritmo. De Primavera. De The Gift. Instrumentos de colores. Vestidos llamativos que dejaban al descubierto el nuevo perfil de Sonia. En este segundo acto, temas como Race is long, Singles o Fácil de Entender nos levantaron del asiento más de una vez, al teatro abarrotado. Para terminar, y tras casi dos horas de espectáculo con descanso corto entre acto y acto, In Repeat. El quizás sea, junto So Free, de los mejores temas con base electrónica de la banda. Nuno sacó aquí su theremin para que al final nos fuéramos con la sensación de que, aun siendo miércoles, queríamos más.

Otro concierto donde Sonia sigue demostrando que su voz es especial, mezcla del alma de los fados y la profundidad de las mejores voces femeninas de siempre. Donde Nuno dejó claro que es un músico de los pies a la cabeza. Y donde quedó patente que The Gift, en España, gustan. El día siguiente, otra vez lleno el teatro.

Até breve.

12 enero 2012

Noche Funky en la Sala Siroco

11 de Enero del 2011

Nada mejor para empezar el año que asisitir a un concierto de un estilo poco común en este blog. Hablemos un poco de Funky. Y es que este este género creado, como suele ocurrir, por los afro-americanos y que combina R&B, jazz, soul y algunos matices de otros tipos de música, tiene poca publicidad en la capital, al menos en las fuentes que este blog suele manejar. Sin embargo, la noche Funky organizada por la Siroco puede ser el comienzo de una gran alianza OpiO-Funk. Por qué no.

Para los que somos incultos musicales en este ámbito, los grupos de la noche, Funkin' Donuts y Nazan Grein tenían la misión de hacernos ver que no sólo Jamiroquai, Michael Jackson y la panda de clásicos (Hendrix, Stones, Corea, etc.) pueden hacer buen Funk. Sino que aún hoy, en España, existe una buena cantera para que este género, que siempre estimula, siga pululando y haciendo levantar las manos al personal.

Turno de Funkin' Donuts (no confundir con The Funkin Donuts). Tras un pequeño traspié al subir al escenario, este grupo de 6 se comió el mundo a base de rimas, ritmos pegadizos, letras divertidas y mucha, mucha energía. Canciones alegres y positivas, con melodías que se metían en el cuerpo y que te hacían fluir como si los conociéramos de toda la vida. Jugando, además, con la electrónica, metiendo bases al más puro estilo hip-hop y combinándolas muy bien con los instrumentos de toda la vida.

Atraco Perfecto y Fiesta Cuarto Computador pueden ser buenos ejemplos para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando. En su página web podéis encontrar más sobre este grupo que creo merece la pena seguir y, si podéis, dejaros caer por uno de sus conciertos para animaros y divertiros. Puede convertirse en un buen plan para empezar una noche con ganas. Y es que, si te paras a pensar, poco se necesita para montar un guateque en tu dormitorio.



Nazan Grein hizo su puesta en escena con un formato diferente. Con trombón, trompeta y saxo, se veía que el bolo iría por otros derroteros a los presentados por Funkin' Donuts. Con un estilo más decantado hacia el jazz y la fusión del funk con estilos tan dispares como el beat-box (espectacular el solo que se marcó el cantante con un juguetito graba-sonidos a mitad del concierto), Nazan Grein, con un bajista colosal, hizo las delicias de la peña con canciones anárquicas, muy al estilo jazzero de jam sessions, pero sin perder la cordura entre las notas.

Temas largos, muy currados; todo con un toque en clave de humor que se agradece para no perder el hilo de la actuación. AgroFunk y, sobre todo, el vídeo-corto El Robo del Funk os darán una idea de por dónde van los tiros. De hasta dónde son capaces de llegar para promocionar un álbum (Funky Lights). En su MySpace, más material.

Una noche que ha devuelto, entre otros a este blog, la sensación de que un género como el Funk, divertido, alegre y estimulante sigue vivo entre las paredes de la noche madrileña. Y sin rebuscar demasiado.

Que sí. Que sí. Que Funkin' Donuts somos todos.