16/06/2010
No sé muy bien si esto era una pruba para Muse. Un ahora o nunca. Quizá algo parecido al a por ellos futbolístico que tanto nos ha emocionado (¡já!). Lo que no cabe ninguna duda es de que se lo tomaron en serio desde el principio. Y mucho.
Nada más entrar llamaba la atención el escenario. Se veía demasiado rígido. Muy en plan edificio comunista de la antigua URSS o de la actual Serbia. Chapas de aluminio; algunas pantallas; luces no demasiado llamativas...Nada del otro mundo. Era similar al concierto del Palacio de los Deportes, al inicio de la gira, pero en lugar de tres columnas, sólo una.
Antes de Muse, sobre el escenario saltaron The Big Pink (TBP) y Editors (TE). Como suele pasar, muchas veces de manera injusta, a TBP no les hice demasiado caso. Ya habían empezado cuando entré al estadio y, mientras uno se acomoda, habla con el compañero y pregunta por los felinos, se le pasa la primera hora. Y al mirar al escenario lo único que ve es un mujer batería con rasgos asiáticos vestida con unas bragas rosas. Eso por no mirar donde se debe.
A los que sí tenía ganas de ver era a TE. Había oido maravillas de sus directos, del desgañitamiento público del que presume su cantante, y además de grandes temazos como Racing rats o Smokers outside the hospital doors, me decepcionó el tono electrónico que ha tomado su último disco, y que hasta hoy no lo había escuchado. Mantienen la esencia, pero una de las principales virtudes de este grupo, su cantante, se ve envuelto en una marabunta de sonidos que hacen que pierda protagonismo. Y esto es malo. Aun así, el ratino que se mantuvieron en el escenario fue divertido.
Sinceramente, tenía dudas. Dudas de que Muse se ahogara en el pozo de un estadio. Llevaba mucho tiempo extrañándome por la excesiva publicidad que había sobre el concierto. Eso me hacía ser pesimista sobre un hipotético lleno del Calderón.
Pasaban quince minutos de las diez cuando una panda de encapuchados con banderas y pancartas y un vocerío que juraba que They will not control us asaltó el escenario doomniano para dar paso al grupo. El inicio no fue especialmente impactante, pero poco a poco se iba mascando en el ambiente que algo bueno había en el backstage.
El espectáculo que montó Muse fue de otra galaxia. Luces delicadamente seleccionadas; imágenes en las pantallas que recordaban al ZooTV de U2 (siempre guardando las distancias); Sistemas hidráulicos para articular plataformas, haciendo que Muse se sintiera, más que nunca, cerca del público. En fin, una auténtica arquitectura ingenieril que tuvo su clímax con la aparición inesperada de un Ovni, que a simple vista incluso se podría tachar de cutre, pero que cuando dejó caer de su interior a una bailarina, me maravilló.
A los que sí tenía ganas de ver era a TE. Había oido maravillas de sus directos, del desgañitamiento público del que presume su cantante, y además de grandes temazos como Racing rats o Smokers outside the hospital doors, me decepcionó el tono electrónico que ha tomado su último disco, y que hasta hoy no lo había escuchado. Mantienen la esencia, pero una de las principales virtudes de este grupo, su cantante, se ve envuelto en una marabunta de sonidos que hacen que pierda protagonismo. Y esto es malo. Aun así, el ratino que se mantuvieron en el escenario fue divertido.
Pasaban quince minutos de las diez cuando una panda de encapuchados con banderas y pancartas y un vocerío que juraba que They will not control us asaltó el escenario doomniano para dar paso al grupo. El inicio no fue especialmente impactante, pero poco a poco se iba mascando en el ambiente que algo bueno había en el backstage.
El espectáculo que montó Muse fue de otra galaxia. Luces delicadamente seleccionadas; imágenes en las pantallas que recordaban al ZooTV de U2 (siempre guardando las distancias); Sistemas hidráulicos para articular plataformas, haciendo que Muse se sintiera, más que nunca, cerca del público. En fin, una auténtica arquitectura ingenieril que tuvo su clímax con la aparición inesperada de un Ovni, que a simple vista incluso se podría tachar de cutre, pero que cuando dejó caer de su interior a una bailarina, me maravilló.
El repertorio fue similar al del concierto del Palacio. Uprising, NewBorn, Bliss, Interlude, Hysteria, Resistance...Una cantidad de temazos considerable donde sólo faltó In your World que, a pesar de hacer dos bises, no apareció entre los acordes de las guitarras, bajos, batería y teclados.
Puede que el concierto no se llenara. Puede que hubiera quinceañeras gritonas y demasiado novio con tantas ganas de echar un polvo que exagerara cuánto le gustaba Muse. Puede incluso que hubiera algún momento en que se echara de menos una cerveza y no una mixta. Muse se acaba de doctorar en España. Ya no sólo son los U2, Madonna, ACDC, Rolling...Muse también se merece un estadio. Se lo ha ganado.
Puede que el concierto no se llenara. Puede que hubiera quinceañeras gritonas y demasiado novio con tantas ganas de echar un polvo que exagerara cuánto le gustaba Muse. Puede incluso que hubiera algún momento en que se echara de menos una cerveza y no una mixta. Muse se acaba de doctorar en España. Ya no sólo son los U2, Madonna, ACDC, Rolling...Muse también se merece un estadio. Se lo ha ganado.
2 comentarios:
Tuve que darle mis entradas a mi hermano porque no podía ir (estoy viviendo en Cartagena...)... y encima el muy cabrón no me ha hecho la crítica del concierto! afortunadamente teníamos aquí tu blog para enterarme que, sí, efectivamente, me he perdido un conciertazo (once again....
Enhorabuena por el blog... veo que has tenido mucha actividad musical últimamente, me alegro =)
Hola!!!
Así es, y este fin de semana, Sonicsphere al completo.
A principios de la semana que viene, nueva crónica!
Me alegro que te guste. Gracias por seguirme y espero que te vaya todo muy bien!
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