21/05/2010
Con entradas en la mano, tuve que quedarme sin ver a Gogol Bordello cuando cerraron temporalmente la Riviera por temas legales. No quería desaprovechar de nuevo la ocasión de ver, quizás, a uno de los grupos más divertidos y alegres que yo haya visto.
Llegué con tiempo de sobra a la sala; es lo que tiene el salir de trabajar un viernes al mediodía. No sólo me permitió coger un sitio privilegiado en primera fila, sino dar un paseo por los alrededores y ver cómo Madrid Río empieza a ser una realidad.
A las 19:30 horas empezó la música en La Riviera. Uno de los componentes de Gogol, Mac en mano, pinchó varios temas mezclados con bastante buen gusto para los escasos 20 incondicionales que ocupaban las primeras posiciones. Tras unos 20 minutos, los pipas prepararon rápidamente el escenario para la puesta en escena de los Mariachi El Bronx. Quien me conozca sabrá que aborrezco a los mariachi. Me parece que, en general, son una mezcla de la tuna universitaria con música andina. Sinceramente, pupa en los oídos. Sin embargo, Mariachi El Bronx dejaron el listón bastante alto. Además de su indumentaria peculiar (imaginaos a los componentes de Green Day y Blink 182 vestidos de mariachis) y su acento californiano,tenían dejes de punk-rock que, para media hora, resultaron entretenidos.
Diez minutos pasados de las nueve, hora fijada en la entrada, aparecieron todos, Gogol Bordello al completo. Bajista, guitarrista, cantante, violinista, percusionista, cheerleader, batería y acordeonista. Vaya panda. Con fundamentos gitanos, estos americanos rozan una actuación no forzada en un teatro. Aún me cuesta entender cómo es posible que en todo el concierto no se chocaran unos con otros. Con intercambios de micro continuos, saltos, cambios de instrumento, acercarse y alejarse del público, alentar a las masas, etc. Una auténtica fiesta. A diferencia del "concierto" de Emir Kusturica, Gogol Bordello no sólo es salto y diversión. También es pasión por sus orígenes de europa del Este. Toda una declaración de intenciones.
Llegué con tiempo de sobra a la sala; es lo que tiene el salir de trabajar un viernes al mediodía. No sólo me permitió coger un sitio privilegiado en primera fila, sino dar un paseo por los alrededores y ver cómo Madrid Río empieza a ser una realidad.
A las 19:30 horas empezó la música en La Riviera. Uno de los componentes de Gogol, Mac en mano, pinchó varios temas mezclados con bastante buen gusto para los escasos 20 incondicionales que ocupaban las primeras posiciones. Tras unos 20 minutos, los pipas prepararon rápidamente el escenario para la puesta en escena de los Mariachi El Bronx. Quien me conozca sabrá que aborrezco a los mariachi. Me parece que, en general, son una mezcla de la tuna universitaria con música andina. Sinceramente, pupa en los oídos. Sin embargo, Mariachi El Bronx dejaron el listón bastante alto. Además de su indumentaria peculiar (imaginaos a los componentes de Green Day y Blink 182 vestidos de mariachis) y su acento californiano,tenían dejes de punk-rock que, para media hora, resultaron entretenidos.
Diez minutos pasados de las nueve, hora fijada en la entrada, aparecieron todos, Gogol Bordello al completo. Bajista, guitarrista, cantante, violinista, percusionista, cheerleader, batería y acordeonista. Vaya panda. Con fundamentos gitanos, estos americanos rozan una actuación no forzada en un teatro. Aún me cuesta entender cómo es posible que en todo el concierto no se chocaran unos con otros. Con intercambios de micro continuos, saltos, cambios de instrumento, acercarse y alejarse del público, alentar a las masas, etc. Una auténtica fiesta. A diferencia del "concierto" de Emir Kusturica, Gogol Bordello no sólo es salto y diversión. También es pasión por sus orígenes de europa del Este. Toda una declaración de intenciones.
En casi dos horas de show, Gogol Bordello se dejaron todo en el escenario y fuera de él (fue apoteósico el momento en el que uno de los miembros del grupo se lanzó al público con su bombo). Con un repertorio escaso pero intenso (la penúltima canción duró unos 15 - 20 minutos), hubo momentos para saltar y para el relax. Tras dos bis, se despidieron con Alcohol. No faltaron otros temas como Wonderlust King, My Companjera, Sun is on my side o Start Wearing Purple.
Todos unos artistas. Unos personajes dignos de ser vistos. Más aún después de, bien cerca de mí, se despedían casi entre lágrimas de emoción por cómo eran acogidos en La Riviera. Entre lalalalás, lalalalalooos y otros cánticos fácilmente recordables y cantables. Gogol Bordello. Sin más.
Todos unos artistas. Unos personajes dignos de ser vistos. Más aún después de, bien cerca de mí, se despedían casi entre lágrimas de emoción por cómo eran acogidos en La Riviera. Entre lalalalás, lalalalalooos y otros cánticos fácilmente recordables y cantables. Gogol Bordello. Sin más.
1 comentarios:
Suertudo :)
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