17/04/2010
Ni siquiera lo había incluido en la lista de potenciales de Abril. Se me había olvidado. Ya hace más de un mes desde que nos alistamos en el grupo de vocalistas y guitarristas amateur que estaban preparando Love Of Lesbian con CAMON (para que nos entendamos, una Casa Encendida patrocinada por la CAM).
La idea, hablando mal y pronto, era organizar un macro concierto de 1999 voces y guitarras para interpretar, en principio, 5 canciones de LOL (Incendios de nieve, Un día en el parque, Club de fans de John Boy, Shiwa y Me Amo). Incluso se molestaron en dar unas pequeñas lecciones a modo de tutoría para enseñar los acordes principales de cada tema. Más cercanía y compromiso, imposible.
Ubicación: La Riviera. Hora: Por la mañana. Un sábado. Espectación: Enorme. Tenía mucha curiosidad por saber cómo se podía organizar algo así. Y estuvo genial. Me recordó muchísimo a los talleres matinales del Womad de Cáceres, donde la gente aprende las canciones y los bailes de los grupos que tocan más tarde. Una interacción tan íntima que Santi, el cantante, en más de una ocasión, mostró cuánto se estaba emocionando.
En una Riviera sin llenar y en un ambiente magnífico (con niños con maracas incluidos), el experimento resultó genial. Todo el mundo aportó su granito de arena a los temas de LOL; ya sea con su guitarra en la zona reservada o con tambores, panderetas, violines, flautas o, simplemente, coreando una vez más los temas más ilustres de LOL.
Con versiones ampliadas de todas sus canciones, de las previstas y de las que estaban fuera del guión, el repertorio era lo de menos. Importaba el sonido (fuimos partícipes de las pruebas iniciales), que fue incluso mejor que en el concierto de LOL en la misma sala. Las guitarras acústicas sonaron genial. Importaba también el feeling. La sensación de estar entre amigos que no conocías de nada. E importaba, por supuesto, aportar; formar ese grupo de casi 2000 personas que sólo la música puede unir y abrazar sin preguntar ni escudriñar.
Con la fiesta que se suele montar en torno a Algunas plantas, LOL dejaron el escenario no sin antes darse un paseo por toda La Riviera, saludando y disfrutando con sus camaradas (que no público) de grupo. Un último detalle que sigue enseñando que no hay que olvidar nunca qué se ha sido para entender dónde se está. O más sencillo: es de bien nacidos el estar agradecidos.
Fue un cuarto de ensayo, sin escenario. No había nadie en lo alto y en lo bajo. Todos estábamos a ras. Fue un juego de "tú eres el protagonista ahora". Y divertido. Fue una hermandad entre hermanos. Sin necesidad de sangre. Ha sido una crónica desde el otro lado. Hasta pronto, Madrid.
La idea, hablando mal y pronto, era organizar un macro concierto de 1999 voces y guitarras para interpretar, en principio, 5 canciones de LOL (Incendios de nieve, Un día en el parque, Club de fans de John Boy, Shiwa y Me Amo). Incluso se molestaron en dar unas pequeñas lecciones a modo de tutoría para enseñar los acordes principales de cada tema. Más cercanía y compromiso, imposible.
Ubicación: La Riviera. Hora: Por la mañana. Un sábado. Espectación: Enorme. Tenía mucha curiosidad por saber cómo se podía organizar algo así. Y estuvo genial. Me recordó muchísimo a los talleres matinales del Womad de Cáceres, donde la gente aprende las canciones y los bailes de los grupos que tocan más tarde. Una interacción tan íntima que Santi, el cantante, en más de una ocasión, mostró cuánto se estaba emocionando.
En una Riviera sin llenar y en un ambiente magnífico (con niños con maracas incluidos), el experimento resultó genial. Todo el mundo aportó su granito de arena a los temas de LOL; ya sea con su guitarra en la zona reservada o con tambores, panderetas, violines, flautas o, simplemente, coreando una vez más los temas más ilustres de LOL.
Con versiones ampliadas de todas sus canciones, de las previstas y de las que estaban fuera del guión, el repertorio era lo de menos. Importaba el sonido (fuimos partícipes de las pruebas iniciales), que fue incluso mejor que en el concierto de LOL en la misma sala. Las guitarras acústicas sonaron genial. Importaba también el feeling. La sensación de estar entre amigos que no conocías de nada. E importaba, por supuesto, aportar; formar ese grupo de casi 2000 personas que sólo la música puede unir y abrazar sin preguntar ni escudriñar.
By MyBrokensocks
Con la fiesta que se suele montar en torno a Algunas plantas, LOL dejaron el escenario no sin antes darse un paseo por toda La Riviera, saludando y disfrutando con sus camaradas (que no público) de grupo. Un último detalle que sigue enseñando que no hay que olvidar nunca qué se ha sido para entender dónde se está. O más sencillo: es de bien nacidos el estar agradecidos.
Fue un cuarto de ensayo, sin escenario. No había nadie en lo alto y en lo bajo. Todos estábamos a ras. Fue un juego de "tú eres el protagonista ahora". Y divertido. Fue una hermandad entre hermanos. Sin necesidad de sangre. Ha sido una crónica desde el otro lado. Hasta pronto, Madrid.
1 comentarios:
Por cierto, en el concierto me encontré a Jonay, un antiguo compañero de colegio Mayor.
Aquí están algunas de sus fotos,algunas de ellas,en mi opinión, bastante buenas:
http://jonaypmatos.com/morephoto.php?Id=131
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