09 marzo 2009

Los de Abajo

08/03/09

Esos días de resaca. Con la boca como alpargata. Todo ruido molesta. Gustaría levantarse, abrir las ventanas y escuchar cantos de sirena, aunque sean desafinados, que hagan que amanecer tenga sentido un domingo por la mañana.

"Dormir contigo al sol en sábado" es suficiente para que dos días y medio merezcan la pena. Un kilo y medio de lacasitos justifican un abrazo y que los vecinos de abajo te despierten entre notas de música provocan sonrisas y, dependiendo de la situación, lágrimas.

Fui testigo inesperado del que quizás haya sido el mejor concierto gratuito al que he ido en mi vida. Quizás por invisible; quizás por improvisado; quizás por quién me abrió las puertas para permitir que cada hondada de aire transportara sensaciones clásicas y medievales, en forma de cuerdas y de viento.

Flauta, guitarra, violín, piano...y la maqueta de Madrid se volvió música. Los de Abajo transformaron un dolor de cabeza en burbujas y aspereza de boca en regaliz. Gracias por, de forma inconsciente, poner música a los primeros rayos de sol primaverales.


A Los de Abajo. Y a ti.

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