27 junio 2017

Azkena Rock 2017 Parte I

23 junio del 2017

Los planes no siempre salen como uno quiere, y aunque tras muchas idas y venidas me vi con un solo abono para el Azkena, el fin de semana de lanzamiento de los grandes festivales de verano patrios ha dejado un gran sabor de boca. A cerveza artesana y a música. 

Con la resignación de quien se hace 350 kilómetros sin su copiloto particular, la sonrisa empezó a mostrarse entre los pelos del bigote a medida que observaba cómo el termómetro indicaba temperatura exterior estabilizada en el entorno de los 24ºC a media mañana. Arriba los pijamas largos en verano. 

Una de las razones para el cambio Download - Azkena se debió al cartel. Grandes ambos, pero la mayoría de los cabezas más interesantes del Download en su edición madrileña ya habían pasado por mis ojos y mi teclado. Sin embargo, la interesante propuesta de rock duro y suave que ofrecía el festival vitoriano tuvo más tirón. Y desde luego que no defraudó. No se puede decir lo mismo de la carpa de lucha libre, en la que un señor enmascarado, supongo que mejicano, de brazos lánguidos alentaba a la masa allí reunida para saltar sobre un escuálido oponente que pedía clemencia. Demasiada burla para un episodio tan importante en las mañanas de domingo de mi pre-adolescencia. 

Con The Meteors fuera del cartel a última hora, y con The Soulbreaker Company ya revisados y en un horario demasiado tempranero, hasta Cheap Trick no hice acto de presencia, tanto física como mental. Una de las bondades de este festival es sin duda la ubicación. A un paseo del casco antiguo de Vitoria y con un suelo de asfalto rodeado de pequeños montículos de arena e hierba, el descanso y la posibilidad de conocer la ciudad y tomar unas cervezas y algo de comer son más que accesibles. De ahí que me demorara en el acceso, rápido e indoloro, al recinto. 

Con un potente Hello There, los americanos comenzaron un gran concierto. Lleno de fuerza y con un recital de Robin al mando, traje blanco con gorra, rápido nos llevaron a lo más alto con On Top of the World. Cuando una banda con más de 40 años de historia desde la primera formación se presenta en un escenario, uno tiende a pensar que estarán venidos a menos, pero he de reconocer que les esperaba ver bastante más diluidos y apagados de lo que mostraron. Incluso se marcaron una versión de The Velvet más que interesante (I'm waiting for the man). Dream Police, Surrender y Goodnight despidieron una más que decente actuación de estos señores. 


Sin apenas tiempo para darnos la vuelta y coger un sitio decente, Graveyard volvía después de una, por suerte, corta separación. Supongo que tomarse un tiempo para pensar nunca le viene mal a nadie. Y dejaron claro que ellos siguen en la misma onda. Un sonido genial, con sus temas llenos de energía, incluso siendo baladas en el fondo, retumbaron en Mendizorroza sin piedad. Hisingen Blues, Uncomfortably Numb, Evil ways o Blue Soul formaron parte del setilist; un setlist en el que se sigue resistiendo a mi pesar Fool in the End. Un pipa en pelota picada facilitó un cambio de guitarra y lanzó un saludo altivo de superioridad al público, que se miraba atónito para comprobar que el de al lado también lo había visto. Enorme. El gesto, me refiero. 


Un breve parón y aquí está. Uno de los más esperados. Un John Fogerty que es historia viva del rock and roll y que aglutinó la mayor cantidad de ojos y orejas en el primer día de festival. 

Con una puesta en escena haciendo un repaso de lo que supuso la Creedence en lo musical y en lo cultural, imágenes y vídeos multicolor revivieron aquellos maravillosos años de festivales en Woodstock en los que pocos eran conscientes del hito que estaba gestándose bajo sus pies.

Con la gente embelesada y pendiente del cine de verano, la banda con JF al frente se presentó en escena flanqueada por Chuck Berry y Chris Cornell, mostrando gran energía y algún que otro tono de voz desafinado. ¿Nervios? ¿Edad? ¿Heineken? ¿Resfriado? Qué más da. No sé si porque se fue entonando o porque cada vez se escuchaba más al público entregado con Down on the corner, Proud Mary, Who'll stop the rain, Rockin' all over the world, Have you ever seen the rain, Green River, Fortunate Son...en fin. Himno tras himno. Alma de rock and roll a la que unos cuantos gallos no van a restarle mérito ni adeptos. Love you. 


El cansancio acumulado y lo poco seguidor que me declaro de los Hellacopters hicieron que con 15 minutos de bolo tuviera suficiente para dar por cerrada una buena primera jornada. 

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