17 diciembre 2011

Sons of Rock y Electric Fence en Rock Palace

16 de diciembre del 2011

Sabía que la cercanía del Rock Palace iba a servir como excusa para acudir más a menudo de lo normal. Hasta el punto de que esa proximidad podría inducirme a la trampa del dejarme llevar y tragarme cualquier cosa. Pero más allá de esta teoría, la segunda noche entre las paredes de la remodelada sala de ensayos fue genial. Suficiente como para ganarse el término "Rock" en su nombre.

Sons of rock cerraron la gira que les ha llevado a presentar su último disco, Rock your Soul. Con un esquema de grupo, desgraciadamente, poco habitual, la cantante y guitarrista principal se echa el grupo a las espaldas sobre el escenario, aunque con un equipo que en absoluto desentona.

A pesar de no tratarse de una voz de esas que marcan una época, la banda transmite rock, que es lo que verdaderamente importa. Ritmos clásicos que amenizan veladas y que mantienen viva la noche, que en Madrid, y gracias de nuevo al Palace, sigue coleando con grupos que usan estos escaparates para encalamarse a la escena del rock nacional. Incluso se lanzaron con una versión del Come together de los Beatles. De su página web podéis bajaros los discos de la banda (que ya van por el tercero). Merece la pena echarles una escuchada y seguirles la pista. Suerte.

Tras un breve descanso para el trabajo de los pipas, Electric Fence se subió al escenario con una dosis extra de mocos en sus conductos nasales y sin mallas de leopardo.



En una sala poco transitada, bien por intimidación o simplemente por alcohol insuficiente, la gente mantuvo la distancia con el escenario en las primeras canciones, como si realmente hubiera una valla eléctrica entre el grupo y su gente. Pero poco a poco los watios de la valla se fueron trasladando a donde tenían que estar. A las guitarras, al bajo, la batería y a la voz y cuerpo del cantante, que bien se encargó de sobreponerse al estado catarroso pre-navideño para brindarnos una actuación más que decente. Fever, Look Out o Get some rock and roll tonite continuaron la esencia dejada por los hijos del rock para convertirnos en adolescentes de este estilo musical que, simplemente, agranda nuestras almas.

Con balada incluida, también hubo momento para el versionado de canciones. En este caso, y con toda la admiración que se puede enviar al más allá con estas humildes teclas, Sin City de AC/DC resonó en la sala con una fuerza tremenda. Digna del temazo que es y de Bon Scott.

Gran noche de más de dos horas de rock en una sala que desde su inauguración no hace más que darnos alegrías e inyectarnos un poco de pasión. Un poco de desvergonzonería. Un poco de mala ostia. Vamos, Rock and Roll.

Yeah.

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