20/05/2011
Las cosas se pueden decir de muchas maneras. A la tuya. A la mía. A la de la puta calle. Cada una de ellas original. Y es posible que, aun diciendo lo mismo, se transmitan diferentes cosas, porque cada uno acentuamos aquello que nos parece más importante. Que nos merece más intensidad.
Así es DinoZaurios. Una forma diferente de hacer música. Canciones de rock, heavy, pop-rock, psicodelia con un trombón, un contrabajo, una batería, y dos tipos de saxo. Sí. Sin guitarra. Himnos de siempre que no voy a desgranar, ni a valorar. Ni siquiera a mencionar.
Os propongo un juego. Una alternativa de crónica, en la que vosotros sois los que comentáis. Los que adivináis y expresáis lo que queráis sobre cada una de estas apoteósicas composiciones (mierda, se me escapó un adjetivo). Porque, ahí va una pista, esto va de fósiles. De desenterrarlos y de darles una nueva forma. No un nuevo fondo. El juego consiste en ver todo desde otro punto de vista. Desde un cristal de diferente color. La esencia se mantiene. ¿Quién es capaz de descubrir qué canción se esconde tras cada uno de los siguientes arreglos de DinoZaurios? Escucha, averigua y opina.
Tema 1: Temazo. Poco habitual en los directos, pero una de las joyas de uno de los grupos por los que uno bien podría cambiarse de religión.
Tema 2: Una oda a un elemento cotidiano que sólo Zappa sería capaz de plasmar en forma de música. ¿Os atrevéis?

Tema 3: Una de heavies. Un clásico americano del mundo del rock duro. Seguro que hubiera disfrutado viendo lo que escuchamos nosotros.

Tema 4: Quizá la más sencilla de todas. Y la última. Pero no por ello la menos brillante. Sobran las pistas.
Además de las versiones, hubo temas geniales, como The Eternal Time, composición original del grupo. Melodía melancólica, emocionante, íntima y potente que sirvió para demostrar que no sólo del fósiles vive la banda. También llevan su originalidad al pentagrama.
Siempre hay una forma original de hacer las cosas. Aunque nunca sepamos cuál es la mejor. O la correcta. Aun así, divirtámonos buscándola e improvisando.
TIP: Os dejo, a petición popular, otro acertijo; clásico apelmazado por la edad. Adivinanza 5. Que ustedes la disfruten. Y la comenten.
Así es DinoZaurios. Una forma diferente de hacer música. Canciones de rock, heavy, pop-rock, psicodelia con un trombón, un contrabajo, una batería, y dos tipos de saxo. Sí. Sin guitarra. Himnos de siempre que no voy a desgranar, ni a valorar. Ni siquiera a mencionar.
Os propongo un juego. Una alternativa de crónica, en la que vosotros sois los que comentáis. Los que adivináis y expresáis lo que queráis sobre cada una de estas apoteósicas composiciones (mierda, se me escapó un adjetivo). Porque, ahí va una pista, esto va de fósiles. De desenterrarlos y de darles una nueva forma. No un nuevo fondo. El juego consiste en ver todo desde otro punto de vista. Desde un cristal de diferente color. La esencia se mantiene. ¿Quién es capaz de descubrir qué canción se esconde tras cada uno de los siguientes arreglos de DinoZaurios? Escucha, averigua y opina.
Tema 1: Temazo. Poco habitual en los directos, pero una de las joyas de uno de los grupos por los que uno bien podría cambiarse de religión.
Tema 2: Una oda a un elemento cotidiano que sólo Zappa sería capaz de plasmar en forma de música. ¿Os atrevéis?
Tema 3: Una de heavies. Un clásico americano del mundo del rock duro. Seguro que hubiera disfrutado viendo lo que escuchamos nosotros.
Tema 4: Quizá la más sencilla de todas. Y la última. Pero no por ello la menos brillante. Sobran las pistas.
Siempre hay una forma original de hacer las cosas. Aunque nunca sepamos cuál es la mejor. O la correcta. Aun así, divirtámonos buscándola e improvisando.
TIP: Os dejo, a petición popular, otro acertijo; clásico apelmazado por la edad. Adivinanza 5. Que ustedes la disfruten. Y la comenten.