12 septiembre 2010

Coque Malla en las fiestas de La Melonera

10/09/2010

Como diría aquel, Coque vuelve en solitario a la carretera. Nunca había tenido la oportunidad (tampoco la había buscado, siendo sinceros) de ver al señor Malla (Mr. Mesh). No sé si porque para mi generación (mediados de los ochenta) había otros mitos de la música española y me centré en ellos demasiado. También podría ser que no di con la canción, el hit, que me hiciera preguntar "¿De quién es?". Hace no demasiado, 2009, fue cuando con esto del spotify descubrí La Bola Extra. Y bien por la situación de aquel entonces o por el mensaje que transmite, se puede decir que fue ahí donde inicié mi andadura ronaldera y coquense (que no conquense).

Yo creo que ha sido la primera vez que un músico toca a mi puerta para invitarme a un concierto, pues me di de narices hace una semana con un cartel cerca del dintel de mi casa donde se anunciaba, entre otras celebridades como Leticia Sabater, la actuación de Coque Malla con motivo de las fiestas del barrio de la Arganzuela, comúnmente llamadas de La Melonera. Gratis. Me faltó tiempo para incluirlo en la agenda.

Tenía dudas sobre si las obras del Manzanares iban a desvirtuar un poco el entorno, pero la noche, los focos del escenario (pequeños pero matones...hablen con mis pupilas) y el sonido de fondo del tomboloero ("Otro perrito piloto, señores...otro perrito") hicieron olvidar completamente las grúas y demás artefactos que por allí se podían vislumbrar.

Con algo más de media hora de retraso (habiendo casetas para tirar dardos y coches de choque, chocones, yo también hubiera llegado tarde a mi concierto...) empezó la actuación. La primera sorpresa, ver que la bajista era la misma que la de la nueva banda de Loquillo. La segunda, no tan grande y muy esperable, que todo el mundo se agolpaba en la primera fila cantando "No puedo vivir sin ti...no hay manera". Pon una canción en la tele y verás lo que es publi efectiva. Y más si es para IKEA. Qué tendrán estos suecos...

El concierto en general estuvo bien. Con ese carácter macarrilla que por momentos me recordaba la escena de la película Todo es mentira...un villancico. Increíble. Musicalmente tuvo altibajos para mi gusto. Temas como Saca la lengua para bailar o Berlín (cambiando Berlín por Madrid, qué fácil es ganarnos) estuvieron realmente bien. Lo mismo con la versión de Heroes de David Bowie. Sin embargo, hubo algunas baladas un poco ñoñas que hacían que la adrenalina disparada se disipara como una botella de cocacola abierta durante toda la noche. Con el gustito que da cuando la cocacola te pica en la garganta...




Algo similar pasó al final. Tras dos bises, el primero de ellos fue muy movido, cantando aquello de que la verdad no existe. En una versión bastante rockera. Hubiera sido un buen colofón para un buen concierto. Nos hubiera mantenido firmes para el resto de la noche. Hubiéramos ido a tirar con la perdigonera y los dardos con más ganas que nunca. Pero el segundo bis, muy lento, me apagó. Decía: "venga, a casa, que estamos molestando a los vecinos". La hora de los gigantes terminó. Supongo que Coque Malla es de esos personajes musicales a los que tienes que entender, a los que tienes que sentir para que uno de sus conciertos pase de estar bien a ser grande. A mí todavía me queda para eso.

Ni bola extra,ni sabor salado, ni adiós papá...Esperar y esperar. Ni mú de estos temazos. Quizás La bola extra hubiera aliviado un poco la noche, después de saber que una bola que me dio la vida hace ahora casi dos años, se había esfumado, al menos, temporalmente. Eso sí, creo que la he (hemos) jugao lo mejor que hemos podido. Y hemos batidos todos los récord.

Un placer haberte conocido, Mr. Mesh.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Un "adios papa" habría sido un brillante colofón al concierto de coque, pero aún con eso, y aunque me recuerde a la bella Ariadna Gil en "todo en mentira", no se puede salir en chaleco sin mangas al concierto, por muy cantante de rock que se sea.

Con todo, sigo teniendo cierta debilidad por Coque Malla y por la gente que no tiene miedo a jugar bolas extras.

Enrique