21 octubre 2007

Más Héroes que nunca

20 de Octubre del 2007. Estadio Olímpico de La Cartuja, 21:05 horas. Sevilla. Con 10€ menos.

Parece mentira que después de 10 años, la esencia de un grupo se pueda seguir manteniedo. Y así es: es posible. Gracias, sobre todo, a cada uno de los componentes, que no han podido olvidarse de qué es Héroes del Silencio; de lo que significa este nombre para la música nacional y para sus propias almas.

El concierto empezó con 5 minutos de retraso. Después de 10 años, una miseria. Las 70.000 almas que reventamos La Cartuja de Sevilla hubiéramos estado dispuestos a esperar horas, si hubiera hecho falta (esto puedo decirlo después del concierto, obviamente). Hasta ese momento, 4 pantallas grandes, con el símbolo de Héroes, copaban casi todo el escenario. Al elevarse, el griterío se elevó a la enésima potencia: ¿será verdad?¿son los mismos?¿serán más héroes o villanos? Estas preguntas, en las cabezas de todos nosotros, no tardaron en responderse positivamente para todos los seguidores.

Con El Estanque y Deshacer el Mundo, iniciaron su concierto en Sevillla. Y de ahí, a más de dos horas y media de concierto; tiempo en el que hubo hueco para todo: desde su primer single, El mar no cesa, hasta la canturreada en todos los bares de cerveceo, Entre dos Tierras. En medio, todas las imaginables.Un 10.

Juan y Enrique se sentaron hombro Vs hombro, naciendo de nuevo el desconcierto entre la muchedumbre: ¿se pegarán?¿se besarán?...Para evitar que la elección quedara en sus manos, el público no tardó en corear la canción nupcial por excelencia: "que se beeeeeseennn....". No se besaron.

¿Qué hay de nuevo?Pues noté a Bunbury diferente. Menos estrambótico. Mucho más discreto. Repartiendo protagonismo al resto de componentes. Quizás porque el abogado de Valdivia tomaba nota en primera fila...pero chapó para Bunbury. Rectificar es de sabios. Reconocer el esfuerzo de los demás, también.

La puesta en escena, magnífica. Focos de todos los colores, dimensiones y en todas direcciones compaginaban perfectamente con el sonido, que llegó al nivel de sublime en ciertos momentos, pudiéndose apreciar cada una de las caricias que el señor Valdivia (mayor) le hacía a su guitarra.

Hacía tiempo que pensaba: ¿qué será de la música en español?...ayer, esta pregunta se respondió en parte. A quién le importe dónde vayamos a parar, sabiendo que quitando polvo a ciertos discos, podamos recordar una palabra vanamente usada hoy día: música.

¿Lo peor? Supongo que el que Bunbury fuera diferente influyó negativamente en la intensidad de las canciones. Por decir algo...

Sweet Dreams

P.D.: En cuanto disponga de ellas, habrá fotografías.

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